En la sesión de ayer de FlamencoYoga nos tapamos
los ojos. Le dijimos a la mente que descansara un rato y bailamos a solas desde
las vísceras. Tras unos minutos, buscamos a tientas una pareja anónima. Nuestra
mano derecha en el corazón de la otra
persona, centramiento en los latidos del otro. Una canción nos invitaba a
bailar sincronizadas.
Olga Jimeno en una de sus sesiones de FlamencoYoga |
Entonces el mundo lo formaban dos seres humanos ¡sin nombre ni apellido! Dos seres que se dieron cuenta -entre risas nerviosas- de la inmensidad de la vida que nace cuando aparcamos el sentido de la vista y conectamos con la verdadera visión, la del Corazón mismo. Fue un baile íntimo y sorprendente. Tan cerca estuve de mi compi anónima que me encontré conmigo, llena de alegría por saberme acompañada, llena de paz por sentir que todos somos iguales en las emociones y los sentimientos. Yo soy tú y viceversa…
Tápate los ojos y baila a solas; después, baila con tu
pareja, con tu hijo, con tu sobrino o tu nieto. Date permiso para construir sin
etiquetas, para celebrar la vida desde la Igualdad. Es un hermoso regalo de
Navidad.
Gracias, Olga Jimeno, por parir estas sesiones y ser una maestra tan especial.
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