Ya hay exiliados químicos que no
tienen más opción que huir al desierto para poder escapar de los miles de
tóxicos presentes en el aire, la comida, el agua y, no olvidemos, la
contaminación electromagnética.
Elvira Roda, aquejada por el síndrome Sensibilidad Química Múltiple. foto: www.elmundo.es |
Ellos tienen derecho a vivir con sus familias y
entre nosotros. Quieren ir al cine, cruzar la calle para ir a trabajar, escribir un correo
electrónico, abrazar a sus hijos, reírse mientras cenan en un restaurante del
centro… Hay exiliados que incluso van desnudos porque ni siquiera soportan el
contacto con un tejido.
Ese desierto del que hablamos está en Arizona y le llaman comunidad terapéutica de Snowflake. Vive allí una chica de Valladolid, Jennyfer (27 años), con su madre, Azucena. Jennyfer padece Sensibilidad Química Múltiple en grado extremo. Fueron a visitarla. Como es alérgica a las ondas electromagnéticas del ordenador y al papel, le pidió a su madre que nos dijese:
Ese desierto del que hablamos está en Arizona y le llaman comunidad terapéutica de Snowflake. Vive allí una chica de Valladolid, Jennyfer (27 años), con su madre, Azucena. Jennyfer padece Sensibilidad Química Múltiple en grado extremo. Fueron a visitarla. Como es alérgica a las ondas electromagnéticas del ordenador y al papel, le pidió a su madre que nos dijese:
"Diles, mamá, que soy la prueba viva de un mundo irracional y peligroso. Que somos las víctimas ocultadas de esa comida insana, de tantos productos que enferman pero llenan las teles y las revistas de anuncios. Y diles, que no esperemos a que las leyes prohíban lo que nos está matando. Cambiemos cada uno nuestra forma de vida...".
Más información sobre tóxicos químicos y las llamadas “enfermedades
nuevas”, entre ellas, la SQM (Sensibilidad Química Múltiple).
Artículo titulado "Otro año en la burbuja" y publicado en el diario El Mundo.
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