Hablamos de los cepillos dentales iónicos, provistos de una barra de dióxido de titanio. Al incidir la luz (luz solar, bombilla, fluorescente, etc.) sobre ella, origina una corriente de electrones, cargando a la saliva negativamente y despegando sarro, manchas de tabaco, etc. y matando las bacterias que originan las caries, al cambiar el pH de la saliva de ácido a básico. Es decir, que la pasta dental no sería necesaria porque el agua (la saliva) sería el ingrediente activo. El cepillo dental iónico fue inventado en Japón, por el doctor Yoshinori Nakagawa. Rogamos a los lectores que los utilicen que nos escriban en este post para comentarnos si realmente son eficaces.
fuente imagen: marbarcare.com |
Las mediciones realizadas durante años por la doctora Hulda Clark con el sincrómetro en numerosos dentífricos comerciales revelaron estar contaminados con benceno, estaño (suele formar compuestos con el flúor), estroncio y circonio (también presente en la mayoría de los desodorantes). El BENCENO, un solvente, es el más tóxico de todos. Se acumula principalmente en el timo y en la médula espinal, desactivando el sistema inmunológico. La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer clasifica el benceno como carcinógeno.
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