¡Bautizos alegres y con plena conciencia!

Somos seres simbólicos y necesitamos de los rituales para ir entendiendo e integrando los momentos importantes de la Vida. En un bautizo consciente hay determinados vocablos que podrían eliminarse. Las primeras palabras con las que le damos la bienvenida a un bebé deben ser amorosas, esperanzadoras y frescas. Podríamos tirar a la basura sustantivos como "pecado" "mancha original" y "culpa". La culpa atrae a la vergüenza y al miedo y un bebé no se merece ese maltrato verbal. 

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Ella buscó y encontró a un sacerdote que entendió el tipo de bautizo que deseaba para su hija. Él estuvo de acuerdo en que durante la celebración no pronunciaría las palabras arriba mencionadas y así fue. El cura no vivía en Sevilla, así que la familia y los amigos  se fueron a celebrar a una aldea a seis kilómetros  de Niebla (Huelva); os aseguro que mereció la pena. Eso sí, el padre y la madre trabajaron bastante días  antes de la ceremonia. Pedro, el sacerdote, les prestó el libro-guía del bautizo y les dio carta libre a ambos para hablar de aquello que sintieran era lo mejor para su hija.

Valoraron sobremanera la confianza que este hombre bueno depositó en ellos y el hecho de que no le perturbara en absoluto que ella fuese mamá soltera y que el papá hubiese venido de México -lugar donde sigue viviendo- para estar presente en este día feliz. 

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Antes de entrar en la hermosa y sencilla iglesia de Candón, se invitó a los asistentes al evento a que se acercaran a la beba. Solo tenían que mostrarle cuán alegres se sentían porque había llegado a sus vidas una niña llena de Luz e Inocencia. Los más tímidos le susurraron al oído; otros la besaron en la frente, lentamente y con delicadeza; alguno que otro la besó en las manos y los pies y le hizo la señal de la cruz. Y así fue como ella se sintió querida tal cual es y aceptada en su completud.

Ahora que ya transcurrieron once años desde que ese bebé tuviera la deferencia de aceptarme como madre, la miro y le digo, día sí día también: "Bendita eres siempre, hija". Y ella, que ve más allá de las apariencias, sonríe agradecida porque ya sabe que es un milagro de alquimia llenita de Sol y Luna.