Marlo Morgan cuenta en
Las Voces del Desierto que en la
tribu que la acogió no era necesaria la palabra. De hecho rara vez hablaban. Se
entendían telepáticamente entre ellos y eran capaces de captar todos los
mensajes que la Madre Naturaleza les enviaba para su más alto bienestar. “Las palabras
sirven para orar, loar y cantar; no para hablar”.
El intérprete que acompañaba a Marlo en la travesía por el desierto le explica que ellos pueden usar la telepatía porque no mienten, de modo que no tienen nada que ocultar. “Son gentes que no tienen miedo a abrir sus mentes para recibir, y que están dispuestas a darse información mutuamente”.
Me gustaría que vieseis este encuentro sin palabras entre dos artistas que fueron pareja durante 10 años (1978-88) y llevaban en 2010 un total de 20 años sin verse.
Se trata de Marina Abramovic - artista serbia de performance reconocida a nivel mundial y cuyos trabajos están encaminados a explorar la relación entre el artista y la audiencia- y de su expareja Uwe Laysiepen, más conocido como Ulay.
En 2010 Marina montó un performance en el MOMA de New York llamado El artista está presente en el que invitaba a los asistentes a sentarse frente a ella y mirarla a los ojos por un minuto. Permaneció sentada 700 horas frente al público en esta ocasión. ¿Y quién apareció en ese lapso? Pues Ulay, su antiguo amor. Así fue el encuentro… así es el amor.
imagen: volandoatravesdelespejo.wordpress.com |
El intérprete que acompañaba a Marlo en la travesía por el desierto le explica que ellos pueden usar la telepatía porque no mienten, de modo que no tienen nada que ocultar. “Son gentes que no tienen miedo a abrir sus mentes para recibir, y que están dispuestas a darse información mutuamente”.
Me gustaría que vieseis este encuentro sin palabras entre dos artistas que fueron pareja durante 10 años (1978-88) y llevaban en 2010 un total de 20 años sin verse.
Imagen: nuriamartinezblog.wordpress.com |
Se trata de Marina Abramovic - artista serbia de performance reconocida a nivel mundial y cuyos trabajos están encaminados a explorar la relación entre el artista y la audiencia- y de su expareja Uwe Laysiepen, más conocido como Ulay.
En 1987 ambos acordaron poner fin a su intensa relación caminando por la Muralla China, cada uno desde un extremo para encontrarse en el centro (tres meses después), darse un abrazo y decirse adiós definitivamente. No volvieron a verse.
En 2010 Marina montó un performance en el MOMA de New York llamado El artista está presente en el que invitaba a los asistentes a sentarse frente a ella y mirarla a los ojos por un minuto. Permaneció sentada 700 horas frente al público en esta ocasión. ¿Y quién apareció en ese lapso? Pues Ulay, su antiguo amor. Así fue el encuentro… así es el amor.
¿Hace cuánto tiempo que no miras a tu amante en silencio durante al menos 5 minutos?
Profundamente bello.
ResponderEliminarGracias... Las palabras no sirven para hablar
Alucinante momento!!
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