Este es nuestro regalo de Navidad. Buenasterapias le ha pedido a Santiago Pando que os presente esta película parida en México para ser disfrutada en todos los rincones del planeta. “YO LO CREO, más que una película, es una propuesta: ver la vida desde el corazón. México es un país de gran espíritu: escuchar los latidos es poner en paz la mente y enfocar en la creación del bien común, la inteligencia. Existe un México que no sale en las noticias, que no está en guerra, ni partido: es un estado latente. Es un estado de conciencia, donde la vida es sagrada, la felicidad posible, el amor al prójimo una práctica cotidiana y el respeto al derecho ajeno, a ser y pensar diferente, es la paz. Conciliar los opuestos es dar a luz una nueva mirada, es la visión del águila, 360 grados”.
Santiago Pando. imagen: lapaloma109.blogspot.com |
21 de diciembre del 2012, quizá la fecha más propagada, desde el amor hasta el miedo, en la historia de la humanidad. Gracias en gran medida a las redes sociales. Y a la visión de los mayas: nuestros ancestros.
Punto de quiebre de un sistema de creencias, y al mismo tiempo, punto de sincronía de una nueva manera de ver la realidad. Nos estamos desenchufando del miedo y sus razones, que nos dividen, para re-conectarnos a la red del corazón y sus latidos, que nos une. Dejar de ser diques, para convertirnos en puentes.
Todos los sistemas de control basados en el miedo sucumben al momento que se hace visible la red invisible que nos conecta a todos y cada uno. Los prejuicios nos separan, la compasión nos une. Es hora de hacer las paces, de perdonar las heridas, de olvidar los rencores. Es tiempo del abrazo colectivo. Es aquí y ahora. El abrazo que México se merece, el mundo lo necesita.
México como epicentro del despertar colectivo, mundial. Un ejemplo de amor y bondad, de humanismo y tolerancia, de perdón y reconciliación.
Esa es la visión real de los mayas: no es el fin del mundo, es el principio de una nueva manera de ver el juego de la vida. Si cambiamos la forma de ver las cosas, las cosas cambian de forma. Si lo creo, lo hago. Y si lo creemos todos, lo podemos hacer entre todos. Estamos a un abrazo colectivo de cambiar el curso de la historia.
Ser humanos es ser creadores. Creer es crear. Creer es la fe en acción, crear es el amor manifestado. Todo lo que nos divide proviene del miedo, lo que nos une, del corazón. Hacer las cosas desde el corazón, es romper las murallas que nos enfrentan. Es entregar lo mejor de uno, para recibir lo mejor de todos. Si en verdad todos estamos conectados, lo que hacemos al prójimo, en realidad, nos lo estamos haciendo a nosotros mismos. Lo de afuera es un reflejo fiel de los adentros. Si cambiamos el enfoque de la mirada, se transforma la trama de la película: somos creadores, no extras.
La vida es para ser feliz y estar en paz, no para sufrirla y vivirla con miedo.
Existe un México que no sale en las noticias, que no está en guerra, ni partido: es un estado latente. Es un estado de conciencia, donde la vida es sagrada, la felicidad posible, el amor al prójimo una práctica cotidiana y el respeto al derecho ajeno, a ser y pensar diferente, es la paz. Conciliar los opuestos es dar a luz una nueva mirada, es la visión del águila, 360 grados.
YO LO CREO, más que una película, es una propuesta: ver la vida desde el corazón. México es un país de gran espíritu: escuchar los latidos es poner en paz la mente y enfocar, en la creación del bien común, la inteligencia. Se puede ser chingón, sin chingar a nadie.
YO LO CREO, una película de vida, 86 voces, un hilo conductor: los latidos.
Se comparte de México para el mundo. Compartir es crear abundancia en reciprocidad. Es recordar que el juego original de la vida, es el recreo, donde todos ganamos.
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