El amor es una herramienta de sanación indiscutible. Por eso deberíamos, si es nuestro momento, abrazar las enfermedades y no ir en contra de ellas.
El día de la lucha contra el cáncer, por ejemplo, bien podría convertirse en el Día del Abrazo al Cáncer. Así veríamos que cada enfermedad es un mensaje amoroso del cuerpo. Él quiere avisarnos de que falta orden en nuestras emociones y en nuestras relaciones con los ancestros, con la familia, con los amigos, con las parejas, con los hijos, con el dinero...
La enfermedad es un acto amoroso de la Vida misma, una llamada de atención, un "Por favor, párate un momento, respira, mírate con toda la bondad que albergues, y escucha lo que vengo a contarte". Si estamos atentos y prestamos atención al lenguaje del cuerpo, no es necesario que un dolor nos limite hasta tumbarnos semanas enteras.
imagen: sophimania.pe |
Podemos empezar ya a trabajar para evitar que nuestros niños tengan cerebros (y cuerpos) predispuestos al desequilibrio y al desorden. Ya hay estudios que demuestran que los cerebros de los niños que han sido atendidos por sus padres y los de aquellos que no han sido bien acompañados por sus progenitores son distintos.
Un niño abandonado emocionalmente tiene un cerebro más pequeño que el del niño que se cría con afecto y respeto.
imagen: cosmoecologos.wordpress.com |
Podemos empezar por ahí, cuidando a los peques, buscando espacios sagrados llenos de besos y abrazos para que lleguen a la madurez con herramientas suficientes para celebrar la vida. Además, el cerebro de un niño feliz tiene un hipocampo mayor. Esta circunstancia es vital para su aprendizaje, su memoria y su respuesta efectiva frente al estrés. De regalo de Reyes, ¡un hipocampo grande!...
Para saber más:
http://www.teinteresa.es/salud/cerebro-ninos-amor-pequeno-normal_0_800920630.html
http://www.muyinteresante.es/la-testosterona-es-antidepresiva
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