Mariano Arnal es gerente de la Fundación Aqua Maris, que nace con la idea de agrupar a un considerable número de terapeutas que emplean y prescriben el agua de mar. En diez años de andadura han tenido la oportunidad de relacionar la Fundación con los movimientos que propugnan la salud por medios naturales. Se dedica a ella a tiempo completo: atiende al teléfono (son muchas las consultas que se hacen de toda España y algunas de América, desde California a la Patagonia), responde al correo, atiende a las personas que van a la sede a buscar agua de mar e información… y el tiempo que le queda escribe.
Mariano Arnal, gerente de Aquamaris |
¿Cuáles son los objetivos principales de vuestra organización?
Nuestro objetivo marco es poner el agua de mar al alcance de todo el
mundo sin necesidad de intermediarios. Nuestra alimentación es deficitaria en
unos casos, y desequilibrada en otros, en cuanto a minerales: sobre todo si a
causa de la pobreza no se puede acceder a una alimentación completa. Siendo
el agua de mar nuestra fuente segura, completa y equilibrada de minerales, es
una gran ayuda completar la dieta con agua de mar, para prevenir un número
importante de enfermedades derivadas de la desnutrición y de la malnutrición.
De ahí nuestro empeño por ponerla al alcance de los que más la necesitan. Y
esto sólo puede hacerse investigando, para dar seguridades sobre la fiabilidad y
la bondad del agua de mar, y divulgando estos conocimientos.
La universidad de Antioquia (Colombia) participa con la Fundación. ¿Qué hace
exactamente y cuáles han sido sus logros? ¿Quién es Laureano Domínguez?
En la Universidad de Antioquia cuenta la Fundación con un grupo muy
potente de profesores, alumnos y personal administrativo de la Facultad
de Medicina, liderado por el Dr. Wilmer Soler, bioquímico, presidente del
Comité Científico de Aqua Maris. Amén de las actividades que realizan en la
Universidad, se dedican a difundir el agua de mar y a implementar fórmulas de
recogida, almacenaje y distribución segura de agua de mar, con total garantía
sanitaria. Realizan además las investigaciones que les encarga la Fundación.
En cuanto a Laureano Domínguez es un periodista colombiano. Fue el
redescubridor de René Quinton y el dinamizador de colectivos entusiasmados
con el agua de mar, entre ellos la Fundación Aqua Maris.
¿Hay otras instituciones –públicas o privadas- que colaboren con Aqua Maris?
Por fortuna no dependemos de ninguna institución pública ni privada.
Hemos tenido ayudas ocasionales, especialmente de MANGO, que nos han
permitido mantener vivos muchos dispensarios marinos y la investigación. Con
la crisis ha habido un enorme bajón de las subvenciones y ayudas públicas,
que no nos ha afectado porque no las teníamos. Y por supuesto, también han
bajado las ayudas privadas. Pero seguimos luchando y sobreviviendo.
La Fundación decide, en un momento de su trayectoria, compartir lo que sabe
sobre el agua de mar con instituciones políticas, sanitarias e incluso con las
casas reales europeas. ¿Qué ocurrió? ¿Hubo respuesta positiva al respecto?
Cada cosa tiene su momento, y por lo visto aún no ha llegado el del agua
de mar. Pero por varios motivos, parece que se va acercando. Uno de los
motivos es la acelerada transformación de la conciencia de la gente respecto a
los medios para conservar y recuperar la salud. Cada vez atrae más lo natural y
el respeto a la naturaleza. Otro motivo de cambio puede serlo la profundización
de la crisis, que hará que dejemos de ver lo económico y lo gratuito como
enemigo de la prosperidad y del bienestar.
Entendemos que teniendo como tenemos en nuestro país soluciones de ricos,
resultan muy poco atractivas las soluciones de pobres… incluso para la ayuda
a los países pobres. Por eso, cuando hemos llegado a las altas instancias con el
mensaje del agua de mar, se nos ha escuchado con cortesía, y a veces ni eso.
Has comentado que -como seres humanos- genéticamente necesitamos
complementar nuestra alimentación con minerales. ¿Cómo sentimos este déficit desde nuestro organismo?
El paladar nos advierte que muchos de nuestros alimentos tienen carencia
de minerales y por tanto a nuestra alimentación, vista globalmente, le faltan
minerales. Por eso nuestro paladar nos los pide… y se los damos en forma
de sal. Lo cual sería perfecto si en los últimos 75 años la industria no hubiese
desnaturalizado la sal, refinándola hasta reducirla a sólo dos minerales, cloro
y sodio. Así han eliminado los otros noventa y pico minerales que naturalmente
contiene el residuo sólido del agua de mar, es decir, la sal integral. De este modo
engañamos al paladar, pero no al cuerpo, que acaba pasándonos la factura.
¿Qué características poseen los minerales y qué funciones ejercen en el cuerpo humano?
Es una pregunta de enciclopedia pero podría resumir la respuesta
en el principio general que nos dice que los minerales son el cimiento de
nuestra alimentación. Van incorporados a los alimentos (pero no en cantidad
suficiente), y por supuesto al agua. Por eso estamos tan interesados en las
aguas “minerales”, porque son éstos los que diferencian a unas aguas de otras.
Y por encima de todas ellas, claro está, el agua de mar, que los contiene todos.
Pues bien, los minerales tienen en el organismo tres funciones básicas: primera,
la función constructiva. Echemos cuenta del calcio, del hierro, del fósforo.
Todos los días renovamos materiales de construcción de nuestro cuerpo.
No tenemos en el cerebro o en el sistema nervioso fósforo acumulado desde hace
años, ni en la sangre hierro antiguo ni en los huesos calcio de sobra para toda la vida.
Eso no va así, sino que reponemos constantemente los materiales gastados, y para ello
es indispensable la ingesta de minerales. La segunda función es electrolítica: el
agua en que están sumergidas nuestras células y nuestra flora y que además
las impregna sería una pésima conductora, sin actividad eléctrica por tanto, si
no contuviese todos los minerales que nos aporta la mejor agua mineral: la del
mar. La variedad de minerales nos garantiza la enorme variedad de funciones
eléctricas que se producen en nuestro organismo. Y la tercera función de los
minerales en el cuerpo es la de reactivos para propiciar la multiplicidad de
reacciones químicas que permiten el funcionamiento de nuestro metabolismo.
En tu libro “Cómo beber agua de mar” describes la forma perfecta de ingerir
agua marina… ¿cuál es?
Hay tres formas básicas de beber agua de mar: como laxante-purgante-
desintoxicador. En este caso se beben cantidades importantes, preferiblemente
en forma hipertónica (sin rebajar). Si se bebe como nutriente, es mejor en
forma isotónica (3 partes de agua dulce, más una de agua de mar), cuyo sabor
se puede mejorar añadiéndole zumo de limón. Se trata de beberla en pequeñas
cantidades distanciadas, justamente para evitar el efecto laxante. Y la tercera
forma de beberla, de carácter singularmente terapéutico, es a pequeños sorbos
de agua hipertónica. Cada sorbo hay que retenerlo en la boca unos 10 minutos
y luego ir deglutiéndolo muy despacio. Esta forma de beber es excelente para
mantener una higiene bucodental impecable o para combatir infecciones de la
cavidad bucal y para cuidar de forma exquisita todo el tracto digestivo.
Y si una persona vive a 1000 kilómetros de distancia de la costa, ¿qué otra
opción tiene para ingerir agua de mar?
A falta de pan, buenas son tortas. Del mismo modo que en las aguas
minerales lo que andamos buscando son los minerales, también es ésa la
cuestión con el agua de mar. Sabiendo que ésta los contiene todos, y que en su
residuo sólido, la sal integral, se mantienen la mayoría de los minerales (tantos
más, cuanto menos manipulada está), lo que le queda al que no tiene forma de
conseguir agua de mar, es recomponerla a partir de la mejor sal marina posible.
No será lo mismo, como tampoco es lo mismo la leche en polvo del biberón
que la leche materna. Pero si finalmente nos permite salir del apuro, bien está.
Estás escribiendo un segundo libro titulado “Agua de mar: la mejor sal”. ¿Nos
puedes hacer un adelanto?
Después de explicar cómo beber agua de mar, era necesario explicar por
qué. Adelanto que es tan extenso e interesante el tema, que no cabe en un
solo libro, sino que irá en dos: “Por qué beber agua de mar”, y “Agua de mar:
la mejor sal”. En el primero explicaré qué tiene de especial (y de completo) el
agua de mar que las demás aguas sólo tienen de forma parcial; e insistiré en la
importancia que tienen los minerales en la correcta alimentación (definiendo
de paso los grupos de aguas minerales por sus propiedades alimentarias y
en su caso medicinales). En el dedicado a la sal incidiré especialmente en las
posibilidades de recuperar el uso del agua de mar en la preparación tanto
doméstica como artesanal e industrial de alimentos. Ahí tendremos, por
supuesto, un buen puñado de fichas con recetas de cocina con agua de mar.
Mariano Arnal nos avisará con tiempo sobre el lanzamiento de sus libros. Le agrademos su generosidad y entrega a la causa del agua de mar. Nos encantaría conocer a usuarios y profesionales de la salud integral que ya estén familiarizados con la ingesta de agua de mar. Tu experiencia vale mucho. Te escuchamos.
+ info:
http://www.aquamaris.org/
http://www.seawater.org/SEAWATER/Home.html
(Héctor Bustos-Serrano y Ángel Gracia)
http://dispensariosyoasismarinos.blogspot.com.es/
(Oasis y Dispensarios Marinos)
P.D. Del 27 al 29 de Abril se celebró en Madrid la II Cumbre Mundial del Agua de Mar. Hablaremos muy pronto de ella porque se defendió el uso y disfrute del agua de mar para todos. La reina Sofía envió un comunicado a ONDIMAR (Oasis y Dispensarios Marinos) para mostrar su apoyo y sus mejores deseos. Todo un detalle…
en cuerpo sano mente sana (salud) os
ResponderEliminar¡Saludos!
ResponderEliminar