martes, 16 de julio de 2013

¡Cámbiate de nombre!



A veces te llamas como tu hermano al que nunca conociste porque murió justo antes de que tú nacieras; puede ser que te adjudicaran  ese nombre en honor a un familiar que vivió años encerrado en un armario durante una contienda para que no lo le robaran la vida. Quizá compartas nombre con tu madre y tu abuela…

imagen: www.teleciguena.com

 
Cada nombre tiene un poder, una consistencia, una vibración, respira por sí mismo… En multitud de ocasiones hay una biografía detrás de cada uno de ellos. Y en un número elevado de casos, esas biografías están marcadas por sucesos desagradables, tristes, con hondas soledades y frustraciones, con duelos espesos, con injusticias de gran calado… Podemos honrar a nuestros familiares sin "cargar" con sus nombres. Podemos aceptar sus destinos, regalarles un espacio en nuestro corazón y elegir con conciencia otro nombre con el que conquistar la felicidad que nos merecemos. 


¿Te gusta tu nombre? ¿Cómo fueron los días y las noches de esa persona con la que compartes ciertas vocales y consonantes? ¿Te has planteado alguna vez que hay una razón -o varias- por la que no te sientes a gusto con tu nombre? ¿Por qué llamarse igual durante toda una vida si a cada instante nos mudamos de piel y vemos el mundo con colores diferentes? 


¿Es lo mismo llamarse Esperanza, Alba o Clara que llamarse Angustias, Socorro o Dolores?

 “Cada uno de los miembros de la tribu recibe un nombre al nacer, pero se sobreentiende que lo perderá cuando crezca y que elegirá un apodo más apropiado por sí mismo. Es de esperar que el nombre de cada persona cambiará varias veces durante su vida a medida que su sabiduría, su creatividad y sus objetivos se definan con mayor claridad al transcurrir el tiempo. En nuestro grupo se hallaban Cuentista, Hacedor de Herramientas, Guardiana de los Secretos, Maestra en Costura y Gran Música, entre otros”. 

                                                     Las Voces del Desierto. Marlo Morgan


¿Cuál sería el apodo o nombre en tu tribu en este momento de tu vida? ¿Cómo deseas que te nombremos? ¿Quién eres ahora?

De pequeña quise que me llamaran Margarita, y un solo miembro de mi familia -mi tío Federico- me tomó en serio y me llamó cual flor hasta el día en que se despidió de esta vida. Ahora me gusta mi nombre, aunque me suena mejor pronunciarlo en hebreo (Rajel). A ratos me llamo Serena. También hay variaciones de mi nombre. Mis amigos mexicanos me llaman Raquelito, mi madre Rakela y mi hermana pequeña, Ra. Todos me gustan y cada uno despierta en mí sensaciones distintas, matices de mi propio ser. ¡Somos infinitos!      

Trámites para el cambio de nombre:


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