jueves, 20 de diciembre de 2012

¡Libro gratuito por Navidad! A tu salud y a la salud de la Tierra


Os recomiendo para este invierno que comienza mañana la lectura de este libro gratuito escrito por nuestro buen amigo Manolo López Arrabal titulado:

 “La preservación de la tierra, incluida la humanidad. Guía práctica sobre cómo mejorar tu salud y la del planeta”


paula.miexperienciacomoeducadora.blogspot.com


Creo sinceramente que debería ser material de lectura para colegios e institutos. A los adolescentes les vendría muy bien saber la cantidad de manos y corazones que necesita la Madre Tierra para sentirse respetada y querida. A nosotros nos indica muchas rutas saludables para nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestro espíritu. 

En un primer momento y para entrar luego en materia, Manolo nos acerca a  la huella ecológica, el comercio justo, la vida sostenible, la inteligencia ecológica y el consumo de noticias y publicidad. 

imagen: cruzrojamadrid.org


Luego se preguntará: ¿Qué podemos hacer individualmente?  Es entonces cuando nos sugiere temas tan interesantes y necesarios como el plan económico personal y familiar saludable, la lactancia natural, la dieta sostenible, vestirse de “verde”, los peligros del plástico, la contaminación tecnológica, las bondades de la bicicleta, otras formas de viajar, el mercado de segunda mano, el consumo de madera y deforestación, ¿libros de papel o e-book?, restaurantes verdes, cosmética natural y limpieza del hogar con aval, el coche ecológico, la moto eléctrica (la mejor alternativa con motor) y  su concepto de la huelga tranquila. 



En tercer lugar se pregunta: ¿Qué podemos hacer grupalmente? Y aquí nos comparte “cómo se vive sin comprar”, la existencia de las  cooperativas de consumidores, la banca ética, cooperativas de crédito y comunidades autofinanciadas, el ciberactivismo y las economías sociales. 

Os dejo el prólogo del libro, para que podáis advertir la sabiduría y el sentido común que rebosan en estas páginas. El enlace al libro está al final de este texto introductorio. Gracias por leer para la Esperanza, la Alegría y la Acción Constructiva.

PRÓLOGO

Esta guía práctica nace con la idea de servir de referencia a todas las personas que desean vivir una vida más saludable y colaborar en la consecución de un mundo cada vez más limpio y preservado. Para ello, he extraído de la obra “Glocalismo” (cuya autoría comparto con Emilio Carrillo Benito), todos los capítulos de la parte titulada Preservar la Tierra y la Humanidad, donde se condensan de una manera clara y precisa cuáles son las áreas de nuestra vida cotidiana en las que podemos incidir de manera eficaz para mejorar nuestra salud y la del planeta. 

Ya no basta solo con tener presente la importante sentencia de San Francisco de Asís: “Yo necesito poco, y lo poco que necesito, lo necesito poco”, sino que además hay que discernir dónde y cómo obtengo “lo poco que necesito”. Pues no es lo mismo, comer poco y lo poco que como son alimentos precocinados, carnes, pescados, huevos, frutas y verduras comprados en grandes superficies y sin tener en cuenta su procedencia, que comer poco llevando una dieta vegetariana y comprando (o cosechando directamente de una huerta personal o comunitaria) solo alimentos frescos de temporada, ecológicos y/o de origen local, en tiendas de barrio. 

Ni que decir tiene, que aparte de la alimentación también consumimos energía, ropa, calzado, artículos para el hogar y para el trabajo, vehículo propio, tecnologías y comunicación, ocio, regalos, viajes, mantenimiento de propiedades, …, y si hay hijos menores, juguetes y material escolar. Pues todo ello, para que nuestra salud no se resienta y para que el impacto ambiental sea el mínimo posible, se explica de manera fácil en los siguientes capítulos.  

Aunque no lo parezca, la totalidad de nuestros actos de consumo repercuten sobre nuestra salud y sobre la del planeta. Asimismo, todo lo que hagamos para mejorar la salud personal también lo estaremos haciendo por la salud de la Tierra y viceversa. Para ello, sería bueno empezar considerando nuestro vehículo corporal como un lugar sagrado que debemos cuidar al máximo para que nos sea útil el mayor tiempo posible. De esta manera, estaremos sentando las bases del nuevo estilo de vida que a partir de entonces vamos a querer llevar. Por extensión, debemos considerar también a nuestro hermoso planeta como un maravilloso vehículo espacial, igualmente sagrado, al que llamaremos Gaia o Madre Tierra, ya que también es un Gran Ser Vivo, que además de trasladarnos alrededor del Sol nos permite desarrollar nuestras vidas como verdaderos hijos que somos de tan maternal Ser que nos acoge y sostiene. Por tanto, aprendamos a cuidarnos mejor y de esta manera estaremos aprendiendo también a cuidar no solo de nuestros seres queridos, sino también del resto de seres humanos, de las generaciones venideras y de toda la biodiversidad que aún existe en nuestra Madre Tierra. 

Si un estilo de vida saludable consiste, básicamente, en alimentarse bien, dormir lo suficiente, hacer ejercicio y cultivar adecuadamente las relaciones humanas, podrías preguntarte ¿cómo influye la comida, el sueño, el ejercicio físico y la relación con mis familiares y amigos sobre la salud del resto de seres humanos y del planeta? Pues muy sencillo, si tomamos consciencia de que la forma de alimentarnos que elegimos está directamente relacionada con la forma de producir los alimentos, veremos que el impacto ambiental derivado de ello será mayor, menor o ninguno dependiendo de si elegimos alimentos frescos y de temporada o precocinados, vegetales o animales, de producción local o producidos por ejemplo en Australia, a granel o envasados, con uso de plaguicidas, fertilizantes y aditivos químicos o bien obtenidos mediante métodos de cultivo y producción ecológicos, procedentes de semillas transgénicas o bien de semillas no manipuladas genéticamente, con criterios de comercio justo o sin ellos, y por último, los obtenidos con criterios éticos y de respeto hacia toda clase de vida o bien mediante explotación animal, forestal o de mano de obra infantil o adulta. En el caso de la alimentación, queda bastante clara su influencia sobre el medio ambiente y sobre los demás según elijamos un tipo u otro de alimentos. 

En el caso de dormir bien o no dormir suficiente o nada por causa del insomnio, pues también tiene su efecto sobre la salud del planeta aunque sea menos evidente y en menor medida. Una persona que duerme bien sus 6 a 8 horas diarias disfrutará, por lo general, de una mejor salud que quién duerme muy poco o no duerme y por tanto no precisará, al menos, de medicación para dormir y realizará sus tareas cotidianas con mayor atención, vigor y eficacia, precisando por ello menos cantidad de energía artificial que quién está cansado y alterado, eligiendo por ejemplo subir por las escaleras en lugar de por el ascensor o ir en bici o andando en lugar de coger el coche. Asimismo, mientras mayor sea el tiempo que dedicamos a dormir plácidamente, mayor será el tiempo que estarán las luces y los aparatos eléctricos apagados y menos tiempo estaremos usando la energía necesaria para climatizar el resto de la vivienda en épocas de mucho calor o frío. 

En cuanto al ejercicio físico frecuente y moderado, también son evidentes los efectos beneficiosos que produce sobre nuestra salud y la del planeta. Un buen aparato locomotor nos permite ahorrar energía y contaminar menos. Si el ejercicio físico que hacemos consiste únicamente en desplazarnos diariamente a pie o en bicicleta para ir al trabajo o para hacer las compras y gestiones habituales, entonces estaremos beneficiándonos por partida triple: ejercicio saludable, menos gasto económico de transporte y menos contaminación por combustibles fósiles. Y si la gestión de nuestras relaciones sociales, en el trabajo, en nuestros proyectos comunitarios, con nuestros familiares y amigos, etc, nos permite realizar actividades conjuntas de nulo o bajo impacto ambiental, pues mejor que mejor. 

De todos es sabido que un buen equilibrio en el tiempo y calidad dedicados a cada una de las cuatro áreas mencionadas (alimentación, descanso, ejercicio y relaciones), entre otros factores, es fundamental para disfrutar de una buena salud física y mental. Si lo logramos, aparte de precisar poca o ninguna atención médica y farmacológica (los medicamentos alopáticos provienen de una industria química de alto impacto sobre la salud del planeta y de las personas), estaremos en mejor disposición para poder emprender proyectos de desarrollo personal, solidarios, ecológicos, en comunidad,…, beneficiosos todos ellos para nuestra salud, para la de la humanidad y para la del planeta.

Por último, os animo a que leáis todos los consejos que se proponen en esta guía, no para que los pongamos todos en práctica de forma inmediata (pues sería inviable además de muy estresante), sino para que en función de nuestras posibilidades los vayamos implementando poco a poco en nuestro día a día. Hay que tener en cuenta también que si conocemos todo lo que podemos hacer a nivel de salud y ecología por nosotros mismos, por las siguientes generaciones y por nuestro hermoso planeta, estaremos tomando consciencia de ello para aplicarlo en mayor o menor medida en nuestras propias vidas, pero también para poder educar mejor a nuestros hijos y, a la vez, poder informar y orientar adecuadamente a muchas personas de nuestro entorno que desean mejorar sus vidas y su relación con el medio ambiente.

http://guiassiglo21.blogspot.com.es/

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