martes, 29 de mayo de 2012

Los náhuatl y las muertes (II)


¡Ni medites ni recuerdes!

Está claro que el pueblo mexica vivía con angustia el hecho de que la mayoría de ellos no iría acompañando al Dios Solar. 

fuente foto: pasaporteblog.com

En la literatura náhuatl se hace patente cierta obsesión por la inmanencia de la muerte y la fugacidad e inutilidad de la vida. Los dioses parecían crueles y los humanos sentían cierta hostilidad hacia ellos. No obstante, nació en el pueblo mexica una tendencia filosófica epicúrea (quizá os resulte familiar): como no había más vida que la terrenal era importante disfrutar de sus bienes y olvidarse de la muerte. Así se expresó un poeta náhuatl con un sentimiento bastante práctico de los días:

“¿Qué meditáis, que recordáis, amigos míos?

¡Ya nada meditéis!

A nuestro lado brotan las bellas flores:

Sólo así da placer a los hombres el dador de la vida.

Todos, si meditamos, si recordamos, nos entristecemos aquí”.
 
(Fragmento de un verso recogido en “Cantares mexicanos”, M. de León)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Déjanos tu comentario, te lo agradecemos :)