lunes, 23 de julio de 2012

Obesidad y horas de sueño

La obesidad empieza a preocupar a los profesionales de la salud. En los telediarios y en las revistas especializadas nos avisan que en torno al 23% de la población adulta y casi el 20% de niños y adolescentes padecen obesidad en España.  Ya sabemos que los hábitos de vida saludable, el ejercicio y la dieta son aliados para reducir peso. 


imagen: macrobioticamediterranea.es

Pero, ¿no pudimos tomar medidas antes de que el sobrepeso entrara en acción? ¿Qué puedes hacer tú? 

imagen: colilunch.com


imagen: vitadelia.com


En la web de SEEDO (Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad) hay una nota de prensa en la que aparece esta información:
  • Nuestros niños duermen una media de menos de ocho horas al día, algo insuficiente y que, además, provoca otros hábitos perjudiciales que pueden incrementar el peso corporal, como es no desayunar.
  • La falta de sueño conlleva un aumento de todas las hormonas que incitan al apetito y a la ingesta precisamente de alimentos ricos en grasa y azúcares.
  • Los niños que más duermen durante sus primeros 11 años de vida tienen un menor riesgo de ser obesos en la edad adulta, independientemente del sexo, las horas que pasan viendo la televisión, la situación socioeconómica de los padres, o la actividad física que realicen. Debemos dormir al menos 8 horas (niños y adultos).
  • España sufre una de las mayores contaminaciones lumínicas y de ruido del mundo, lo que también incide en el aumento del peso. 

Imagen: pequebebes.com

Moraleja: los niños deben dormir más y mejor, desayunar por las mañanas, y, en la medida de lo posible, vivir en hogares donde no haya ruidos que alteren su organismo y le impidan llegar al sueño a su debido tiempo.

Desconozco cómo son las dietas que los expertos en nutrición recomiendan a sus pacientes. De momento, en el desayuno y en el resto de las comidas de nuestros infantes (y nosotros los adultos) deberíamos:

  • Eliminar progresivamente la harina blanca y sustituirla por panes y cereales integrales 


  • Eliminar el dulce veneno del azúcar blanca y sustituirlo por miel, estevia, azúcar moreno o fructosa

imagen: lagastroteca.es
  • Eliminar la leche de origen animal y sus derivados y sustituirlas por leche de soja (de almendra, avellana, de arroz o de avena) 

imagen: blog.productosecologicossinintermediarios.es

  •  Reducir la ingesta de fritos



imagen: agua-mineral.net

Algún día quizá nos toque ver que en los comedores escolares se consumen panes y pastas integrales y leches vegetales. Por ahora, en casa podemos empezar la revolución alimenticia. Ánimo, tu cuerpo te lo agradecerá. Y tus niños, cuando sean adultos sanos, también.

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